Que gran momento El silencio es total, Tu sangre y cuerpo En el vino y el pan Es tu encuentro Con la humanidad Hecho alimento para la eternidad. No te arrepientes Dios, No te resistes, No miras si yo soy o no pecador. Sólo te entregas Dios, Sólo puedes sernos fiel, Sólo nos brindas tu amor y perdón. Se doblan las rodillas al frente del altar, Cual sol que nace te levantas Mientras todos te adoramos y quisiera que mi vida también, Te adore siempre y sea yo custodia viva Y seas tú la luz eterna que entre mi corazón. Y allí te instales Dios de vida en mi vida Para siempre y seas fuerza con quien pueda contar Para amar toda la vida sin medida Como tú, como tú, como tú.